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GUILLERMO TEILLIER

Las palabras de Pablo Teillier, hijo de Guillermo Teillier stars

 

“Como familia tenemos la impresión que el legado de mi padre va a estar siempre con nosotros y con nosotras. Y queremos decirles que no nos arrepentimos, no bajamos la cabeza ante las decisiones de mi padre”. “Cuando algunas o algunos dicen que mi padre era pragmático, creo que se equivocan. Porque para las decisiones que tomó, no alcanza el pragmatismo, se requiere un inmenso corazón combativo, se requiere una inmensa dignidad, se requiere un inmenso coraje y amor por la Patria, para hacer lo que mi padre hizo”. “Recojamos el legado de Guillermo Teillier, en la unidad, en la convicción, en dejar de lado nuestras aspiraciones personales y poner principalmente y en primer lugar nuestras aspiraciones colectivas”

“El Siglo”. Santiago. 31/8/2023. Palabras de Pablo Teillier, en el funeral de su padre, Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista de Chile:

 

“Para nosotros fue muy difícil vivir los años de dictadura, sin nuestro padre. Nuestro padre, como lo hemos escuchado hoy, estaba haciendo lo que un hombre tenía que hacer, o una mujer tenía que hacer: estaba luchando contra la dictadura. Si nos preguntan a nosotros como hijos si fue difícil, vivir nuestra infancia sin nuestro padre, sí fue difícil. Pero si nos preguntan si estamos orgullosos de las decisiones que tomó nuestro padre, sí, estamos orgullosos de las decisiones que tomó nuestro padre.

 

Como ustedes bien saben, nuestro padre no era de muchas palabras. Cuando veníamos hacia acá pensé que me diría, “cuidado con lo que va a decir Pablito”. Sin embargo, nuestro padre, esposo, hermano, abuelo, tío, nos dejó un legado y un ejemplo. Un ejemplo inmenso que nunca podremos superar, un ejemplo de dignidad, de disciplina partidaria, de una enorme generosidad.

 

Hablaba estos días con dirigentes del partido, con personas como Irací Hassler, como Karol Cariola, como Javiera Reyes, como Camila Vallejo, de una generación joven, y nos expresaron que mi padre es uno de los responsables por abrirles el camino y por darles la mano solidaria para que hoy nos puedan representar con el orgullo de nuestro partido. 

 

Quiero agradecer a nuestro Presidente de la República, Gabriel Boric, por las visitas a nuestro padre, no sólo por la presencia en estos ritos, sino también por sus visitas que a mi padre lo hicieron inmensamente feliz, se sintió muy reconocido. Muchas gracias de todo corazón.

 

Si hablamos de Guillermo Teillier hablamos del sur, hablamos de Pitrufquén, de Gorbea, de Freire, de Valdivia, un sur profundo, un sur simple, y quizá es de allí que mi padre hereda esos modos campechanos, esas frases cortas, esa manera simple de ver la vida. 

 

Cuando algunas o algunos dicen que mi padre era pragmático, creo que se equivocan. Porque para las decisiones que tomó, no alcanza el pragmatismo, se requiere un inmenso corazón combativo, se requiere una inmensa dignidad, se requiere un inmenso coraje y amor por la Patria, para hacer lo que mi padre hizo. 

 

Con eso quiero decir que la Patria no pertenece a un sector político, la Patria es de todas y todos que vivimos en este país, nadie nos va a arrebatar el derecho de ser chilenas y ser chilenos, nadie nos va a hacer sentirnos chilenas o chilenos de segunda categoría, nadie nos va a hacer sentir como un cáncer que hay que exterminar. Nosotros somos chilenas y chilenos, y estamos orgullosas y orgullosos de pertenecer al Partido Comunista de Chile. 

 

No puedo cerrar esta intervención sin saludar y agradecer el inmenso cariño del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Cuando veníamos a hacer la diálisis con mi padre, y preguntábamos por la calle, y nos decían es Carlos Lorca, él me dijo, yo en las elecciones competí con Carlos Lorca (antes del golpe de Estado), en Valdivia. Esa era la data del dirigente, del padre, del esposo, del abuelo. Una larga data política, de trayectoria. En el Hospital recibimos el cariño de las Tens, de los Tens, de enfermeras y enfermeros, de los médicos, vimos como familia cómo la clase trabajadora agradecía el legado de mi padre. Nosotros como familia siempre estuvimos muy orgullosos y agradecidos del cariño con que el personal del Hospital Clínico de la Universidad de Chile atendió a nuestro padre. Muchas gracias a las trabajadoras y a los trabajadores del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.

 

Cómo no sentirnos orgullosos como familia al revisar la historia política de mi amado padre, Guillermo Teillier del Valle. De verlo en un partido que todos conocemos. Cuando era un partido precario, en la ilegalidad, después cuando lo acompañaba en las campañas de finanzas, quien no se acuerda cuando se tuvo que vender ron para pagar los sueldos de los funcionarios y las funcionarias, quien no se acuerda de sus equipos de finanzas, de las Fiestas de los Abrazos hechas a pulso, donde hubo tanta compañera y tanto compañero que le ponía tanto empeño a esa tarea, qué orgullo ver a ese partido con una avanzada de diputadas y diputados, con dos senadores, en un Gobierno. Qué orgullo que sea Guillermo Teillier quien haya conducido a este glorioso partido para que esté donde hoy está.

 

Al estar acá y al recorrer este cortejo, pensaba en compañeras y compañeros que ya no están. Obviamente que uno piensa en Gladys Marín, recibí el abrazo de su hijo Álvaro, estremecedor, ambos sabemos lo que significa cuando un padre, una madre, da su vida por entero a este partido y a esta Patria. Me recordaba de Fernando Quilodrán, de Gastón Quezada, de Francisco Huenante, el Negro como lo llamábamos con cariño. 

 

Este partido está sufriendo un cambio generacional importante. Y nosotros como familia queremos hacer un llamado con mucha humildad. Recojamos el legado de Guillermo Teillier, en la unidad, en la convicción, en dejar de lado nuestras aspiraciones personales y poner principalmente y en primer lugar nuestras aspiraciones colectivas. 

 

Es difícil hablar y dejar la emoción a un lado. Amado padre. Amado esposo, amado hermano, amado tío, amado abuelo. La familia de Pitrufquén, de Santiago, te ama y te admira profundamente. 

 

Quiero agradecer a Roberto Márquez, a Jorge Coulón, a los chiquillos de la Huambaly, a La Chinganera, a Manuel García, y al mundo artístico en general por hacernos llegar inmensas e innumerables muestras de cariño y por estar acá. 

 

Como familia tenemos la impresión que el legado de mi padre va a estar siempre con nosotros y con nosotras. Y queremos decirles que no nos arrepentimos, no bajamos la cabeza ante las decisiones de mi padre, por mucho que hayan sectores políticos que quieren enlodar las decisiones y el camino que tomó nuestro partido. Nos llena de orgullo saber que un hombre un día dijo que si íbamos a morir, íbamos a morir luchando. 

 

Soy testigo de las frases del Presidente respecto a mi padre. Querido Presidente, quiero decirle que mi padre lo admiraba mucho, lo quería, le tenía “buena barra”. Siéntase con el apoyo de nuestra familia, con el apoyo de nuestro partido, usted sabe que nuestro partido se porta lealmente con los Presidentes de la República. Nuestro apoyo para usted.

 

Estas palabras, como todo en la vida, ya están llegando a su fin. Estoy orgulloso de la dignidad de mi padre. Y no puedo dejar de mencionar a algunas personas que lo acompañaron en largas campañas, en el Distrito 46. Quiero decir que en el partido hubo un momento en que estábamos acostumbrados a perder, no sé si se acuerdan de esa época. Mi padre tuvo muchas derrotas. Esto es un mensaje para las Juventudes Comunistas. El sistema capitalista que hoy nos manda nos dice que el éxito es de inmediato, no es así. Fui testigo de cómo mi padre perdió varias veces, en algunas conversaciones yo estaba más frustrado que él, y me decía, tranquilo Pablito, ya vendrán más elecciones. Sabiendo que iba a perder en el 46, fuimos para allá.

 

Y quiero pedir un aplauso cerrado para esas tres personas que lo han acompañado, que han sido leales hasta el final. Me refiero al camarada Leonardo Candia, a Juanito González y a Gabriel García, el negro. 

 

Quiero agradecer también como familia los múltiples abrazos que recibimos.

 

Nuestro partido conoce el dolor, conoce lo que significa sentir la ausencia de esposos, hijas, hijos, y que como familia nos sentimos parte de ese dolor. Y le hacemos un llamado humildemente desde este lugar a sectores políticos, que por favor dejen de relativizar lo que pasó hace 50 años atrás. Las desapariciones no son ficción, las fusiladas y los fusilados no son ficción, las torturadas y los torturados como mi padre, no fueron invención del marxismo. Existieron, como existieron los centros de tortura, existió un Estado que se dedicó al exterminio. Le decimos al país, sin odio y sin rencor, dejemos de relativizar los crímenes cometidos por la dictadura.

 

Quiero decirles que mi padre jamás tuvo una palabra de odio en contra del adversario, nunca lo vi con rabia, nunca lo vi gritar, nunca lo vi perder el control. Es con esa templanza, compañeras y compañeros, que el Partido Comunista de Chile debe seguir abriéndose camino por una Patria justa y solidaria. 

 

Con el ejemplo de nuestro padre, vamos a seguir adelante. Amado Guillermo, aquí te dejamos, junto a Gladys Marín, junto al compañero Volodia, junto a Salvador Allende, junto a don Luis Corvalán, tal como tú lo querías, estamos cumpliendo con tu deseo, amado padre, querido Guillermo Teillier del Valle.

 

Compañeras y compañeros, con el legado de Guillermo Teillier, ¡mil veces venceremos!”.  

Fuente: el siglo.cl

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La tristeza, el cariño, el reconocimiento stars

La militancia del PC y de la JJCC, gente del pueblo, llegaron al Congreso de Santiago, donde se efectúa el velatorio del líder comunista. Se oyeron fuertes voces al viento con “Compañero Guillermo Teillier ¡Presente!” y el entorno se inundó de banderas rojas y cantos de evocación. Hubo guardias de honor de dirigentes y militantes del PC y la JJCC, del Presidente Gabriel Boric y autoridades de Gobierno, de la CUT y de diversas representaciones sociales, ciudadanas, sindicales, políticas, parlamentarias, juveniles y estudiantiles, de periodistas, de mujeres. Ahí estaban, con su lealtad y su amor, Margarita Alvarado, su compañera, sus hijos Pablo, Lorena y Fernando, sus hermanos y otros familiares. Muchas y muchos tenían en sus mentes aquello de los militantes imprescindibles, entre los que sitúan a Guillermo Teillier que, por lo demás, en la coherencia de su vida y su lucha, fue un inquebrantable. 

Cuando llegó el auto fúnebre llevando el féretro de Guillermo Teillier del Valle, presidente del Partido Comunista de Chile (PC) fallecido esta madrugada a los 79 años, un numeroso grupo de militantes comunistas rodeó el vehículo, y el entorno se inundó de banderas rojas, del canto de la Internacional, de voces al viento con “Compañero Guillermo Teillier ¡Presente!”. Era su gente, gente de base del PC, del pueblo, esas y esos militantes que están “en las duras y en las maduras”, aquellas y aquellos que llegaron con una tristeza que se amalgamó con cariño y reconocimiento a un hombre que desde joven abrazó la causa comunista y las luchas populares sin vacilar un ápice pese a las murallas que le salieron al camino en su historia de luchador social y antidictatorial.

Las y los militantes del PC y de las Juventudes Comunistas (JJCC), más gente del pueblo, se fueron agolpando desde las 12:00 horas en calle Catedral, en la entrada del Congreso sede Santiago, donde pasadas las 13:30 llegó el féretro para iniciar el velatorio en el Salón de Honor del recinto. Homenaje que continuará todo este miércoles entre las 09:00 horas y las 21:00 horas, hasta el jueves en que saldrá una marcha masiva hacia el Cementerio General, donde está previsto un acto en la Plaza de la Paz.

En el interior del Congreso, cerca del lugar donde se colocó el ataúd del líder comunista, las banderas chilena, del PC y la Jota, y en una pantalla gigante el escudo del Partido Comunista con la frase “Guillermo Teillier del Valle. 29 octubre 1943-20 agosto 2023”. Desde el mediodía estaban ahí las dirigentas y los dirigentes de la colectividad de la hoz y el martillo, junto a personalidades de la cultura, del mundo social y político, de los trabajadores, del Legislativo. Se veían a antiguos militantes sentados a la espera. No se respiraba resignación sino orgullo. Nadie dudaba de la trayectoria, el ejemplo, la dignidad, el compromiso del Guillermo Teillier.

Al ingresar el féretro comenzó, quizá, uno de los momentos más sentidos. Ahí estaban, con su lealtad y su amor, Margarita Alvarado, su compañera, sus hijos Pablo, Lorena y Fernando, sus hermanos y otros familiares. También estaban quienes fueron los más cercanos y leales colaboradores del líder del PC.

El ataúd lo cubría una bandera del Partido Comunista. El himno nacional acompañó el inicio de la ceremonia en medio de aplausos y exclamaciones de reivindicación del Partido Comunista y las Juventudes Comunistas. El eterno “Y que fue, y que fue, aquí estamos otra vez” que tantas veces entonó el propio Teillier. La primera guardia de honor la hicieron los integrantes de la Comisión Política del PC.

En esos minutos ingresó al Salón de Honor el Presidente Gabriel Boric, acompañado de ministras y ministros, de autoridades de Gobierno, quienes saludaron cariñosamente a la familia, hicieron guardias de honor y permanecieron en el lugar expresando las condolencias y saludando la trayectoria

 

 

el presidente del Partido Comunista.

Como un símbolo de lo que fue la vida del líder comunista, en medio de las guardias de honor se inundó el lugar con las canciones “El Necio” y “El viejo comunista”.

Vino la guardia de honor de la familia, de las JJCC, de la CUT y de diversas representaciones sociales, ciudadanas, sindicales, políticas, parlamentarias, juveniles y estudiantiles, de periodistas, de mujeres, de dirigentes y militantes comunistas.

Muchas y muchos tenían en sus mentes aquello de los militantes imprescindibles, entre los que sitúan a Guillermo Teillier que, por lo demás, en la coherencia de su vida y su lucha, fue un inquebrantable. 

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