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PERFILES DE CANDIDATOS 2025

José Antonio Kast Rist: El Candidato a Restaurador del Chile del Blanco y Negro (sin matices)

José Antonio Kast, nacido en 1966 en Santiago, es el producto perfecto de la nostalgia por una dictadura. Hijo de inmigrantes alemanes que llegaron "justo después de la guerra" (detalle histórico del que convenientemente nadie pregunta demasiado), Kast creció pensando que la democracia es bonita… siempre y cuando esté bajo vigilancia militar.

Formado en el Colegio Alemán y luego en la Pontificia Universidad Católica, aprendió que para "hacer patria" basta con tres cosas: un crucifijo, una escopeta moralista, y una obsesión enfermiza por controlar cómo viven los demás.

Su carrera política es el equivalente humano a presionar constantemente el botón de "retroceder" en la historia de Chile. Fue concejal de Buin (sí, un lugar donde la principal amenaza política es que alguien cierre la feria) y luego diputado por años, donde se dedicó sistemáticamente a votar en contra de todo lo que tuviera la palabra "derechos" en el título.

Pero claro, como la UDI comenzó a parecerle "peligrosamente progre" (imagínese), decidió fundar su propio partido: el Partido Republicano, el hogar para todos los que creen que el problema de Chile fue “dejar de rezar en público y permitir que las mujeres opinen”.

Tres veces candidato presidencial (porque la perseverancia es admirable, incluso cuando es para ideas que huelen a naftalina), Kast promete lo mismo en cada elección: más policías, menos libertades, y una versión de Chile que parece escrita por un cura español del siglo XVI con complejo de dictador.

Entre sus ideas brillantes:

Indultar a carabineros condenados por violaciones a los derechos humanos, porque "ellos sólo cumplían órdenes" (¿te suena de algo?).

Reformar el país para que vuelva a ser "seguro", lo que en su lenguaje se traduce en más represión y menos manifestaciones.

Declarar la guerra a todo lo que suene a diversidad, derechos reproductivos, feminismo o, básicamente, humanidad.

Casado y padre de nueve hijos, porque si no puedes convencer a más gente de que piense como tú, al menos puedes reproducirte a gran escala.

Y en cada elección, aunque pierda, sale a declarar que "las ideas no se transan", como si ser terco en el error fuera una virtud y no una tragicomedia.

En resumen: José Antonio Kast es como un disco rayado de la dictadura: no importa cuántas veces lo pongas, siempre suena la misma música de fondo:
“Orden, mano dura y que los derechos humanos los vean después”.

Frases que perfectamente podría tatuarse:

“Todo tiempo pasado fue mejor (especialmente 1973)”.

“La democracia está bien... hasta que la gente vota mal”.

“Derechos humanos para mí, moral para ti”.

PPM

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